lunes, 14 de diciembre de 2009

AGUA Y ALIMENTO PARA TODOS

Colombia es un país de suelos fértiles y de variedad de climas, condiciones que permiten la obtención de productos muy variados, utilizados como alimentos y materias primas. Sin embargo, las técnicas de riego utilizadas en el país necesitan ser optimizadas.

Fuente: Gerencia de Desarrollo Económico y Comercio Exterior del Valle del Cauca

A partir del cultivo de la tierra se obtienen variados productos que sirven en la alimentación del hombre y como materia prima en la industria.

Agencia AUPEC. 11-05-1998

El surgimiento de la agricultura determinó cambios muy importantes en el hombre primitivo, de tipo social, cultural y de la relación con su entorno. Tan importante fue este cambio que el inicio de la práctica agrícola se toma como referencia para estudiar los periodos del desarrollo cultural del hombre, en la historia.

Los primeros hombres se vieron en la necesidad de perseguir grandes mamíferos para cazarlos y poder de esta manera adquirir su alimento. Esta práctica les suponía una permanente movilización en el territorio, de tal forma que no podían establecerse definitivamente en ninguno.

Una vez los pueblos acceden a la agricultura, logran ubicarse de manera estable en los territorios y obtener sus alimentos del trabajo con la tierra. La agricultura complementó actividades como la caza y la pesca y dio margen para empezar otro tipo de prácticas como la cerámica, la orfebrería, la textilería, pues los hombres ya no tenían que dedicar extensos periodos de tiempo buscando y persiguiendo animales salvajes.

Actualmente, los productos agrícolas son la base de la alimentación de la población mundial, especialmente para las clases marginales que no tienen la opción de adquirir carnes, leche y sus productos derivados.

Pero el sector agrícola es a la vez es el mayor usuario de uno de los recursos naturales más valiosos y vitales para el hombre. Este sector consume alrededor del 63% del agua dulce, en el caso de Colombia, y de manera análoga en América Latina. La eficiencia del uso del agua, en el sector agrícola, en este continente es relativamente baja.

El agricultor al usar tecnologías de riego obsoletas contribuye al desperdicio de agua.

Es necesario entonces, efectuar los cambios pertinentes para poder hacer un uso eficiente del agua en el sector agrícola especialmente, por ser el que más demanda este recurso. No es posible pensar en el incremento de la producción agrícola sin considerar un uso óptimo del recurso hídrico pues finalmente, el sector agrícola depende del riego.

Tecnologías obsoletas

El desperdicio del agua en el riego de los cultivos se debe fundamentalmente a que las técnicas de riego que se usan ya son obsoletas, por la baja capacitación del agricultor pues no se ha hecho trasferencia de tecnología óptima o acorde con el marco sociocultural del agricultor. “Entonces hay una preocupación importante desde diversos sectores por buscar un mejor uso del agua”, explica el ingeniero agrícola Norberto Urrutia, profesor del Departamento de Mecánica de Fluidos y Ciencias Térmicas, de la Universidad del Valle.

Reducir esas pérdidas de agua depende mucho del sistema de riego que se utilice. En las diferentes etapas del proceso de aplicación del agua, puede haber desperdicio, por ejemplo en la etapa de conducción, cuando se lleva el líquido desde una fuente y en su recorrido se filtra en los canales.

También durante la aplicación por el usuario mismo hay pérdidas, como cuando se emplea el sistema de riego por gravedad en donde el agua entra a una canal en la cabecera de un lote y se abre un surco por donde corre. “Hay sitios en los cuales ese sistema no es apropiado por el tipo de suelo pues si este es muy suelto, muy pedregoso, el agua se filtra y rápidamente se va a los estratos inferiores del suelo y genera una pérdida considerable del agua”, explica el ingeniero Urrutia.

Los proyectos de desarrollo agrícola en América Latina han centrado la atención en la ingeniería sin tener en cuenta el impacto sobre el medio ambiente.

Pensando en optimizar las técnicas de riego de los suelos, sin hacer uso de las grandes cantidades de agua dulce que actualmente exige esta actividad, se ha considerado el reuso del agua, procedimiento ya utilizado en otros países.

En Colombia, en el Valle del Cauca, el Instituto CINARA lleva a cabo un proyecto de investigación y experimentación en la planta de Ginebra, donde las aguas residuales se someten a un proceso de mejoramiento de las calidades físico-químicas, con la idea de usarlas posteriormente en sistemas de riego.

En el mundo, México y la India son países que están adelantados en este procedimiento, haciendo reuso de aguas residuales domésticas después de tratarlas y volverlas aptas para los cultivos. Sin embargo, su uso plantea ciertas restricciones porque estas aguas pueden tener contaminantes y cuando se riegan las hortalizas, pueden ser nocivas para el ser humano que las consuma.

La agricultura, base de la economía colombiana

La agricultura en Colombia representa un renglón importante en la economía del país teniendo en cuenta su contribución ( 20 % ) al producto interno bruto y el porcentaje importante ( 25 % ) de la fuerza laboral utilizada por el sector. De otro lado, el 12% del área total del país es apta para la agricultura, siendo el 6 % apropiada para la agricultura mecanizada y solamente el 0.7 % cuenta en la actualidad con infraestructura de riego y drenaje.

Para garantizar la permanencia de los proyectos de explotación agrícola es necesario contar con una participación activa de la comunidad, recibiendo la capacitación adecuada.

Para garantizar la permanencia de la explotación agrícola y dar respuesta a la futura demanda por alimentos que implica el incremento poblacional del mundo, son varias las estrategias a ser consideradas : incremento de las áreas de cultivo, producción de variedades mejoradas, uso más eficiente de los recursos naturales y una participación más activa y sistemática de los diferentes actores que intervienen en la producción del sector agrícola.

Los proyectos de desarrollo agrícola en América Latina han pecado por centrar la atención desde el punto de vista de la ingeniería, sin considerar el impacto ambiental. Cuando el agua entra a un cultivo, parte de esa agua se queda en el suelo, se va a las capas interiores o rueda, y finalmente llega a los cuerpos de agua. De esta forma, el agua contaminada por los fungicidas y herbicidas van a contaminar el suelo, el agua, la flora y la fauna.

La meta entonces, es desarrollar el sector de manera que se garantice la conservación y el equilibrio ambiental, elevar la calidad de vida del recurso humano dedicado al sector agropecuario y contribuir al fortalecimiento de la economía del país, mediante la producción de materias primas para la agroindustria y la generación de empleos.

Contacto : Norberto Urrutia Cobo. Ingeniero Agrícola del Departamento de Mecánica de Fluídos y Ciencias Térmicas de la Universidad del Valle.

E-mail : urrutia@mafalda.univalle.edu.co

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